La tendencia actual que implanta nuevas tecnologías en aula únicamente para reemplazar medios “obsoletos” carece de justificación. El uso de la tecnología tiene que partir de la dominación del medio y no como excusa para “modernizar” el entorno académico, complementando nuestras habilidades en lugar de sustituirlas.
Trabajar desde la creación y manipulación de la tecnología para adaptarla a nuestras necesidades desemboca en un verdadero incremento de destrezas, evitando problemas derivados del uso de medios audiovisuales desde el aspecto de mero consumidor. El trabajo de programación y creación de un robot, aunando la parte meramente tecnológica con nociones de diseño artístico, además, potencian la adquisición de contenidos transversales y mejoras sustanciales en campos del conocimiento tales como matemáticas o ciencias.