Hoy se firmó la resolución que permite pasar de año a los alumnos secundarios llevándose tres materias previas (anteriormente se permitían solo dos).
Mas allá de lo controvertido de la medida, se evidencia otro ícono de la crisis educativa. El problema oculto de la deserción y el fracaso escolar merecen especial atención de todos.
Hace un tiempo leí unos apuntes de Flavia Terigi, de las trayectorias escolares y su relación con la inclusión educativa. Ella manifestaba que la escuela sigue con el currículum único, el aula estándart, en un sistema tradicionalmente homogeneizador, la variabiliad con la que nos encontramos hoy en día suele percibirse como un fallo, un desvío a corregir y reencausar.
En necesario definir políticas educativas de manera permenente, que tengan presente el carácter experimental de la educación. No se pueden desconocer las trayectorias informales que poseen estos jóvenes y es necesario adaptar la currícula a ellos son caer en el facilismo.
El Ministerio de Educación puso unas condiciones para que se acogan a la presente
Uno. La primera es muy importante para los alumnos que estén por rendir en estos días. Para poder pasar de año con tres previas, sí o sí deben haberse presentado a rendir –aunque con aplazo– en el turno febrero-marzo al menos una de las tres materias que se llevan como previas.
Dos. La segunda condición es que el padre, madre o tutor firme un acta compromiso.
Tres. Se deberá cumplimentar durante el año un plan de trabajo en al menos una de las tres materias previas que elaborará el profesor de la disciplina. Ese plan consistirá en la entrega de dos trabajos prácticos por trimestre que el profesor evaluará y, de ser necesario, le indicará al alumno que realice correcciones.
Si al finalizar el año el alumno aprueba cinco de esos seis trabajos prácticos, podrá rendir el coloquio de la materia en el turno de diciembre. Si no, tendrá que rendirla directamente en febrero-marzo ante un tribunal.
La medida es polémica, solo espero que dé resultados