El ITBA realizará la Segunda Olimpíada Argentina de Tecnología

Estimados/as Directores/as, docentes y alumnos/as:

Nos es grato dirigirnos a Ustedes con el propósito de informarles que el ITBA realizará en el año 2016, la Segunda Olimpíada Argentina de Tecnología (OATec) destinada a alumnos de colegios secundarios de todo el país. Entendemos que este evento contribuirá a un mayor acercamiento de los alumnos a la tecnología, brindando a su vez una innovadora herramienta para incentivar el intercambio de conocimientos y experiencias.

Le comunicamos, por otra parte que el tema para la segunda edición será:

Clima y Ambiente.

Revista Acción: Las Ferias de Ciencias y Tecnología son siempre una fiesta del conocimiento

http://revistaaccion.com.ar/las-ferias-de-ciencias-y-tecnologia-son-siempre-una-fiesta-del-conocimiento/

La participación y compromiso de las escuelas, sus estudiantes y docentes, instituciones públicas y privadas, del Ministerio de Educación y nuestro Ministerio de Industria, Comercio, Minería y Desarrollo Científico Tecnológico, a través de su Secretaría de Ciencia y Tecnología, fueron el puntapié inicial para producir y compartir conocimientos, en espacios significativos como la Ferias de Ciencia de Córdoba.

Fueron las charlas con docentes y alumnos, por parte de los coordinadores zonales, lo primero; a lo que siguió la elección de proyectos y trabajos que representarían a cada una de las escuelas en la instancia zonal. Ello conllevó un gran trabajo y dedicación de los chicos, sus maestros, familias y la comunidad educativa en su totalidad.
Las ferias zonales sirvieron a los evaluadores para reconocer el nivel y la excelencia de los proyectos y trabajos.
Los seleccionados en esta instancia fueron los que debieron representar a sus escuelas, comunidades y sedes en la Feria Provincial de Ciencia y Tecnología edición número 47.

Más de 400 trabajos fueron seleccionados para la 47 edición de la instancia provincial, que sumó nuevamente al Liceo militar General Paz y al Ministerio de Gestión Pública, como apoyos fundamentales para la Secretaría de Ciencia y Tecnología y Educación, en la organización de esta instancia provincial.

A los evaluadores no les fue fácil la tarea encomendada; primero porque ya había un antecedente en la instancia zonal que indicaba la alta calidad de los trabajos en esta etapa. La excelencia de las propuestas , demostraban el alto grado de compromiso de los alumnos, sus familias y las instituciones para con esta fase provincial, lo cual terminó siendo uno de los motivos por los cuales los examinadores estuvieron hasta altas horas de la madrugada deliberando.

Pero había que decidir quienes representarían a la provincia mediterránea en las tres fases nacionales y 31 trabajos fueron designados para representar a Córdoba.

La FASE 1 de la instancia nacional se realizó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más precisamente en el Palacio Pablo Pizzurno. Allí los dos trabajos de Nivel Inicial fueron evaluados por los designados del Ministerio de Educación de la Nación.

La segunda parte o FASE 2, se desarrolló en la ciudad de Salta, capital de la provincia homónima y su sede estuvo en la Base de Apoyo Logístico Salta, perteneciente a la 5ta. Brigada de Montaña “General Manuel Belgrano” del Ejército Argentino.
A esta instancia llegaron 10 trabajos del Nivel Primario y Nivel Superior Primario, representando a la Provincia de Córdoba.

La FASE 3, última etapa a de esta Ferian Nacional 2015, fue en Misiones y la ciudad elegida Puerto Iguazú. Largas horas de ansiedad y viaje les esperaban a los involucrados para llegar a esa ciudad del noreste argentino y con la premisa de mostrar sus proyectos, 19 trabajos de Nivel Secundario y Nivel Superior.

El balance nos informa que el esfuerzo, el compromiso, la entrega y el trabajo en conjunto tuvo su premio. No sólo por la cantidad de menciones que cosechó nuestra Provincia en la instancia nacional, sino y fundamentalmente por la hermosa experiencia de haber compartido con otros.

Es por eso que ocho trabajos de toda la geografía cordobesa fueron galardonados como destacados, obtuvieron menciones, o fueron distinguidos en la Fase 3, una cosecha que habla del nivel logrado y de lo comprometidos que están todos los actores.

Sobre estos logros el equipo técnico, coordinadores y los estudiantes y docentes participantes expresaron su alegría y satisfacción. “Los logros obtenidos son el resultado del esfuerzo, compromiso y trabajo coordinado que se viene realizando desde nuestro Ministerio junto a Educación. Es absolutamente el logro de los alumnos, docentes y coordinadores, actores principales y fundamentales en los procesos de alfabetización científica que intentamos impulsar desde las políticas públicas de Córdoba.

Revista Acción: Más diversidad, menos prejuicios

http://revistaaccion.com.ar/mas-diversidad-menos-prejuicios-2/

Revisando nuestras creencias sobre los extranjeros y los inmigrantes

La inmigración ha tomado estado público nuevamente, a causa de grupos de sirios que están emigrando de su país de origen y de la reacción de los países potencialmente receptores. Los medios masivos de comunicación han reflejado fotogramas, con contenido altamente sensible, de un proceso mucho más profundo y complejo, atravesado por múltiples factores (históricos, individuales, políticos, religiosos, etc.), muchos de ellos desconocidos por los ciudadanos.

Cuando se observan esas imágenes, inmediatamente las personas evocamos sentimientos o, más bien, creencias sobre esos grupos sociales migratorios.
Una de las dimensiones que se puede analizar sobre estos procesos se relaciona con la discriminación; es decir, actitudes de desigualdad en el trato a determinado grupo de personas, basado en diferencias raciales, laborales, religiosas, políticas, etc. La discriminación vista como “expresión abierta del prejuicio”.

Una investigación sobre el tema

Eduardo Bologna, Doctor en Demografía, estudia hace varios años la demografía de migraciones y, específicamente, la migración boliviana hacia Argentina.
Sus estudios están basados en el concepto de transnacionalismo es decir, no como un mero desplazamiento de personas de un lado hacia otro, sino como espacios de vinculación entre áreas, que implica acumulación de gente, retorno, circulación de bienes materiales, insumos de alimentos y, sobre todo, circulación de información, que ayuda a que la migración vaya siendo un proceso cada vez más autosostenible. Este concepto va más allá de las condiciones que un país o el otro ofrecen o dejan de ofrecer.
Pensando en los procesos migratorios en Argentina, “los flujos migratorios masivos provenientes principalmente de Europa entre fines del Siglo XIX y las primeras décadas del XX, dieron forma a la estructura demográfica del país. La mayoría de los países de América fueron destino de inmigrantes europeos, pero Argentina recibió el mayor impacto por la relación entre el volumen de llegadas y la población local. Las migraciones actuales están compuestas principalmente por personas que vienen de países vecinos, en especial de Paraguay, Bolivia y Perú. En la ciudad de Córdoba, los dos países más representados son Perú y Bolivia”
Con respecto a la inmigración de peruanos y bolivianos en Córdoba, una de las dimensiones que se abordaron en un trabajo de investigación, se relacionaba con la discriminación hacia estos grupos o comunidades de inmigrantes.

Un manual para iniciar la discusión

El equipo de investigación de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por el Dr. Bologna, elaboró con el aporte del Programa PROTRI de nuestra Secretaría, un documento que incluye material teórico sobre las migraciones, en especial hacia Córdoba y un conjunto de actividades, para instalar estas temáticas preferentemente en las escuelas primarias. El material se denomina: “Más diversidad, menos prejuicios. Revisando nuestras creencias sobre los extranjeros y los inmigrantes”. Hablamos con el científico sobre ese material. Y aprovechamos para preguntarle sobre procesos migratorios, prejuicios, fronteras, la realidad internacional y la discriminación.

¿Cómo fue la génesis del material “Más diversidad, menos prejuicios”?
Realizamos un trabajo con docentes de escuelas de nivel primario de Córdoba, porque ellos reciben alumnos inmigrantes o hijos de inmigrantes. El equipo de investigación les efectuó entrevistas sobre los extranjeros, los chicos inmigrantes, o pertenecientes a comunidades socio-étnicas que no solamente son nacidos en Bolivia, sino que son hijos de bolivianos o hermanos de bolivianos. Comenzamos a observar que las respuestas eran, principalmente “correctas” y luego, muy elogiosas: “los chicos bolivianos tienen más respeto a la escuela, vienen más pulcros, más cuidados, los padres tienen más compromiso, responden más a las notas, vienen más a las reuniones…” O sea, mejores los extranjeros que los argentinos. Necesitábamos medir, entonces, el prejuicio. Y vimos que la forma de medirlo ha cambiado. En los años ‘60 se hacían cuestionarios para evaluar prejuicio hacia X con preguntas como: ¿Le molestaría que su hija se casara con un X?… A preguntas de ese tipo hoy casi todo el mundo contesta desde lo que es socialmente aceptado: “Yo no tengo ningún problema con los X”. De esta forma, todo el mundo es anti discriminación en el día de hoy.

Entonces, ¿cómo estudiar el prejuicio?

La teoría dice que el prejuicio ha cambiado, no ha dejado de existir, pero ha dejado de manifestarse de manera expresa. Ahora la manifestación del prejuicio es sutil, aparece más solapado. Y empezamos a encontrar que aparece más explicado. Por ejemplo, los albañiles: “Los extranjeros vienen y trabajan por menos, compiten y le sacan el trabajo a los locales”. Empieza a haber una explicación, aparentemente racional, de que los extranjeros compiten. Estos son prejuicios, pero que demandan una explicación; es decir, presentar un prejuicio como una racionalidad emocional. Entonces pensamos que el equipo debía buscar las expresiones que intentaban explicar el prejuicio.
Armamos un instrumento para medir de manera transversal el grado o intensidad del prejuicio. Entonces elaboramos un cuestionario en el que, con modelos de escala de actitudes, se ofrecían afirmaciones a la gente y que decidieran. Allí pusimos la mayoría de las expresiones que habían aparecido en las entrevistas y otras que aparecen en los medios, en discursos cotidianos.
En cuanto a las experiencias áulicas concretas, una de las expresiones fue, por ejemplo: “la presencia de chicos extranjeros vuelve más compleja o dificulta la tarea del docente en las aulas”. Algunas creencias tenían un grado de apoyo bastante alto. Por ejemplo, lo de la competencia en los puestos de trabajo, la delincuencia. Entonces encontramos que el prejuicio existe, pero está explicado, racionalizado.

¿Creencias vinculadas a prejuicios sobre la población migrante?
Nuestra teoría es que esas creencias, que no tienen sustento, sirven para fundamentar. Para decir: “En realidad no es que yo los desprecie por ser boliviano, sino porque compiten por…”

¿Y esto qué consecuencias concretas tiene?
Apuntan a limitar los derechos de un grupo por su pertenencia a este grupo. Determinadas creencias acerca de los comportamientos de los extranjeros, dan fundamento para separar o para tratar de manera diferente.
En las escuelas, es relevante tomar esto como eje, levantarlo y discutir, por ejemplo, las formas de maltrato que hay entre los chicos. Si no se discute o interviene, es una manera de autorizarlo, legitimarlo. A menudo la actitud es de pasividad o dejar pasar.

¿Cómo actúan esos prejuicios en la inserción de las comunidades inmigrantes?

Yo creo que la discriminación actúa casi en un sentido inverso en lo laboral; la mano de obra boliviana es muy apreciada. Los contratistas, en especial de la construcción, tienen (como las maestras) un concepto elogioso de los trabajadores bolivianos por su mayor vocación por el trabajo, mayor cuidado, inclusive algunas especialidades; la yesería en particular. Por ese lado, no hay discriminación en términos de ingreso al mercado de trabajo. Y los niños en la escuela: más que dificultad de inserción, vuelve más compleja la vivencia cotidiana. Yo creo que los chicos sufren más que los nativos los efectos del bullying. Aunque todos son víctimas potenciales por bonito, por feo, por petiso, por lo que sea, por boliviano o por peruano, se agrega un rasgo más. Entonces tienen más chances de ser víctimas de bullying que los nativos.
Ahora bien, algunas de las cosas que dicen los maestros son ciertas: los chicos inmigrantes tienen una valoración de las escuelas que es mayor que la de los nativos. Esto no es un descubrimiento nuestro ni es una cosa nueva en el campo de la migración. Su condición de inmigrantes, su decisión de haber apostado a la generación siguiente, de que sus padres hayan decidido sacrificar proyectos propios en sus países y apostar a lo siguiente, para que sus hijos puedan estudiar. Entonces, la inserción escolar tiene tasas de cobertura casi iguales a las de los nativos por parte de bolivianos y peruanos.

¿Cuál es la intención con este manual?
Nos planteamos la cuestión de armar este documento que contiene una parte conceptual muy adaptada, con un lenguaje accesible. La idea es que el docente lo tenga como guía inspiradora, crear la iniciativa en los chicos mismos, que todos problematicen sus propias creencias. El tema de la inclusión no es algo anecdótico, en estos años ha calado hasta en los chicos, ellos hablan del tema. Es importante que la relación entre nativos e inmigrantes sea un tema de discusión en ese nivel de escolarización. Porque no es una cuestión resuelta. No es dar instrucciones ni bajar líneas; es plantear el problema. Realmente los migrantes son diferentes, tienen valoraciones distintas de la escuela, traen expresiones diferentes, eso los vuelve distintos. Y la discusión no plantarla en términos de borrar esas diferencias. Sino justamente, la diferencia vista como una posibilidad de enriquecer…
Es valioso enseñar a conocer y apreciar la cultura del otro… Aquí, por ejemplo, la comida peruana es un enriquecimiento que hace muy bien.

¿Y la función de la escuela en la incorporación de estas diferencias?
El mandato histórico de la escuela en la Argentina fue homogeneizar, como elemento aglutinador de la diversidad de razas. A principios de siglo XX, la escuela estuvo al servicio de homogeneizar, justamente. Se debía construir entre todos el hecho de ser argentinos. Había que fabricar una identidad común. Ahora, el mandato es opuesto; el mandato es: respetemos las diferencias.

El PIT 14-17, un programa diferente de escolarización secundaria

http://revistaeducar.com.ar/2015/11/29/el-pit-14-17-un-programa-diferente-de-escolarizacion-secundaria/


El PIT 14-17, un programa diferente de escolarización secundaria

“Convocar a treinta y tantos niños y niñas en una misma actividad propuesta no es tarea fácil; lograr que realicen esa tarea y a la vez estén dispuestos a aprender es aún más difícil. Se trata probablemente de uno de los trabajos más complejos y menos comprendidos en el mundo”.
Elsie Rockwell, 2013.

Partimos de reconocer las dificultades implicadas en los procesos de escolarización en la escuela secundaria. Garantizar un derecho y lograr a la vez aprendizajes significativos para los jóvenes hoy es un desafío que necesita ser atendido. En la provincia de Córdoba se calcula que el sistema educativo pierde entre el 43% y el 47% en el segmento comprendido entre los 11 y 17 años (Vanella y Maldonado, 2013). La repitencia y el abandono escolar no son privativos de Córdoba, ni del país. Es una realidad más general que marca la exclusión de los jóvenes en las escuelas de las grandes ciudades de América Latina. En su mayoría estos jóvenes son pobres, de hogares con bajos niveles de escolaridad y con padres con trabajos poco calificados.

En 2010, el Gobierno de la Provincia de Córdoba pone en marcha el Programa de Inclusión y Terminalidad de la Educación Secundaria y de Formación Laboral para Jóvenes de 14 a 17 años (PIT); un programa alternativo para dar respuesta a la obligatoriedad de la educación secundaria. Entre 2011 y 2012 realizamos una investigación para analizar el Programa en sus distintos niveles, focalizando la perspectiva de los sujetos. Así conversamos con autoridades, directores, docentes y alumnos y observamos las prácticas en el aula y en la institución.

El PIT es un programa a término que convoca a adolescentes entre 14 y 17 años que abandonaron la escuela secundaria, para finalizar sus estudios. Funciona en algunas instituciones escolares de nivel medio, con el mandato de priorizar las necesidades sociales y educativas de los alumnos y busca privilegiar una atención personalizada y reconocer las materias aprobadas del secundario que trae el alumno; de esta manera, el estudiante no repite curso sino que avanza en el trayecto escolar adeudado. Ello implica una estructura organizativa y pedagógica diferente: conformación de pequeños grupos de hasta veinte alumnos; reducción de seis a cuatro años del tiempo de cursado; disminución de cinco a tres días de clase semanal obligatoria, y de seis a cuatro horas de clase por jornada escolar. Asimismo, se crean modalidades de enseñanza alternativas tales como pluricurso, tutorías y talleres de formación laboral. El mandato del Programa prioriza el compromiso social de las instituciones escolares y sus docentes con los sectores excluidos del sistema. Se estimula la construcción de vínculos entre docentes y alumnos, reconociendo el lugar social, respetando individualidades, estéticas y comportamientos para ayudar a generar un sentido de pertenencia de los jóvenes con la escuela.

El Programa se caracteriza por un formato flexible en diferentes planos:

  • Reconocimiento de las trayectorias previas de los alumnos y régimen de asistencia.
  • Reorganización de los tiempos escolares.
  • Convocatorias y designaciones de docentes, condiciones de trabajo y apoyos profesionales.
  • Nueva forma de organizar la enseñanza, a través de la implementación del pluricurso y los criterios de evaluación y acreditación, entre otros.

En las instituciones, desde los equipos directivos y docentes, el eje está puesto en construir lazos afectivos con los jóvenes, escucharlos, conocer sus situaciones personales y familiares y ser más flexibles en el cumplimiento de normativas de la escuela secundaria regular: convivencia, lenguaje, vestimenta, trato entre sí y con los docentes, uso de celulares, inasistencias, etcétera. El trabajo cotidiano se hace de esta manera más distendido, relajado y amable, lo que es muy valorado por los alumnos y por los docentes en relación con la escuela secundaria común.

Los estudiantes reconocen que el Programa les ofrece una nueva oportunidad para terminar la secundaria, ya que muchos han vivido la experiencia frustrante de “estar haciendo nada”, de conseguir trabajos precarizados o de estar desocupados por no tener certificación de los estudios secundarios. Esto le brinda un plus a la experiencia de reinserción escolar de algunos de ellos.

Entre las regulaciones escolares, el PIT amplía el límite de inasistencias, y la asistencia se establece por asignaturas y no por jornada completa. En relación con las evaluaciones, se privilegian los procesos de los alumnos en lugar de los resultados. Esta forma de evaluación es posible dada la relación personalizada y el reducido número de alumnos por grupo.

Se han modificado la evaluación y la asistencia, ya que como se sabe, son dos dispositivos que tiene la escuela común con un poderoso poder de exclusión educativa. Sin embargo, dado que se trata en muchos casos de jóvenes con experiencias reiteradas de abandono escolar, volver a sostener la asistencia cotidiana en una institución educativa no es algo sencillo, ni para los estudiantes y sus familias, ni para los docentes y directivos del Programa. Una de las dificultades centrales de la tarea escolar en el PIT es la irregular asistencia de los estudiantes, ya sea por llegadas tarde o porque se van temprano, o asisten a una materia pero no a otras, o presentan ausencias prolongadas de días, semanas y hasta meses. Esta discontinuidad en la asistencia acarrea, a su vez, otras dificultades relacionadas con la situación de enseñanza y la posibilidad de promover una disciplina sistemática de trabajo con el conocimiento.

Los desafíos de la flexibilidad

La flexibilidad del programa ya mencionada tiene una doble faz. A la vez que ofrece posibilidades de imaginar y realizar innovaciones pedagógicas, organizacionales y didácticas a la férrea estructura del sistema escolar tradicional, abre la posibilidad de manejos discrecionales difíciles de regular. Es decir, si bien habilita a la generación de interesantes innovaciones, también puede dar lugar a una relajación del encuadre normativo, que se refleja en la disminución de la carga horaria de clases prevista, la transformación de las tutorías en tiempos y espacios opcionales para los alumnos y en un debilitamiento de las propuestas de enseñanza. En estos últimos casos, en nombre de la inclusión se cuelan representaciones construidas desde las carencias de los jóvenes, que tienen su efecto en prácticas concretas de enseñanza, tales como una mayor reducción de los contenidos y escasas expectativas de los aprendizajes estudiantiles, lo que puede llegar a reforzar la desigualdad educativa.

Para no caer en ello, es necesario comprender que el “oficio de alumno” es una práctica que se aprende en el tiempo y en el ejercicio reiterado, no una capacidad/ incapacidad irreversible de los jóvenes.

El carácter enciclopédico y fragmentario definido por la sumatoria de asignaturas, pensado en el siglo XIX para un modelo de alumno ideal, se pone en tensión con uno de los sustentos fundamentales del Programa de Inclusión y Terminalidad: reconocer y valorar a los alumnos en función de sus trayectorias reales escolares y de vida (Jacinto y Terigi, 2007). El punto de tensión señalado entre modelo ideal y alumnos reales, lleva a que el docente no pueda recurrir, en su práctica cotidiana, a la propuesta curricular como apoyo pedagógico y didáctico en su labor de enseñar en el aula.

Se destacan los casos en que la propuesta de enseñanza desafía a los alumnos en un hacer y comprender, donde ellos tienden a involucrarse fuertemente en la tarea. Estas apuestas, muchas veces, corren el riesgo de quedar invisibilizadas al interior de las escuelas, al no estar siendo compartidas en espacios genuinos de encuentro de trabajo entre los mismos docentes.

Con el PIT 14-17, desde la política se propone un formato escolar diferente al de la escuela secundaria regular y, por lo observado en la investigación, produce innovaciones significativas, construye otro clima y otros vínculos, donde los adolescentes se encuentran contenidos y reconocidos y se identificaron, además, sedes con mayores niveles de retención escolar en relación con la escuela media común.

Especial atención merecen algunas experiencias de docentes e instituciones, que logran imaginarse y desarrollar estrategias de enseñanza alternativa, que interpelan a los alumnos a descubrir un sentido y valor en el trabajo con el conocimiento. Son experiencias donde se conjugan una variedad de factores: a) profesores formados, comprometidos social y políticamente con su función docente y con el rol de la escuela como constructora de ciudadanía; b) coherencia de un equipo de dirección y de un proyecto institucional reconocido y valorado internamente por el colectivo docente, como también por la comunidad donde ejerce influencia; c) aprovechamiento de los dispositivos del PIT para el trabajo colectivo entre profesores u otros especialistas (aprendizaje basado en proyectos interdisciplinarios en los espacios de tutorías, capacitación docente en las horas institucionales rentadas, selección de ejes significativos para trabajo con pluricurso, etc.); d) disponibilidad de uso de los recursos materiales y simbólicos de la institución secundaria (biblioteca, computadoras, implementos y competencias deportivas, laboratorios, ferias de ciencias, concursos y premios, etc.).

A modo de reflexión retomamos la advertencia de Ezpeleta (2004), quien manifiesta que no es suficiente la prescripción y la regulación de las prácticas pedagógicas que se desean transformar, sino que toda innovación formula demandas cognitivas y relacionales –los docentes y la gestión tienen que apropiarse de nuevas teorías pedagógicas y didácticas, así como deben aprender a relacionarse de forma diferente con sus colegas, con el conocimiento y con los alumnos.

Finalmente, el Programa de Inclusión y Terminalidad de la Educación Secundaria es una experiencia que ensaya nuevos formatos que interpelan la estructura secular atomizada del sistema educativo. Es muy valiosa por su potencialidad innovadora. Resulta un desafío revisar sus logros, tensiones y limitaciones, para consolidar más y mejores políticas y prácticas democratizadoras de inclusión educativa.

Referencias bibliográficas

Ezpeleta, J. (2004). Lo institucional de la escuela en las políticas de reforma educativa. En Gobernabilidad de los Sistemas Educativos en América Latina. IIPE-UNESCO. Jacinto, C. y Terigi, F. (2007). ¿Qué hacer ante las desigualdades en la educación secundaria? Aportes de la experiencia latinoamericana. Editorial Santillana / IIPE-UNESCO. Buenos Aires. Rockwell, E. (2013). El trabajo docente hoy: nuevas huellas, bardas y veredas. IX Congreso Nacional de Investigación Educativa. Conferencias magistrales. Consejo Mexicano de Investigación Educativa, COMIE. Vanella, L. y Maldonado, M. (Eds). (2013). Programa de Inclusión y Terminalidad de la Educación Secundaria para Jóvenes de 14 a 17 años (PIT). Córdoba, Argentina. UNC-UNICEF. Buenos Aires: 43.

UNIPE: Máquina (muy recomendable)

Descarga gratuita y directa en http://editorial.unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2015/11/Máquina-UNIPE.pdf

Desde los inicios de la humanidad el hombre diseñó mecanismos que le facilitaran la vida (o, al menos, se la hicieran más productiva). Esos inventos casi siempre fueron liberadores del yugo pero, al mismo tiempo, se convirtieron en una nueva cárcel. Las máquinas, en definitiva, son como un oxímoron: rompen cadenas y esclavizan. Digamos que si hubiera que hacerles un eslogan de campaña podría ser: liberación y dependencia.

En esta ocasión, Tema (uno) recorre esta contradicción a través de la historia, de la ficción literaria, de las nuevas tecnologías que aceleran tiempos y extinguen espacios, de los cuerpos cada vez más mecanizados, de la escuela que conecta para igualar y –tratándose de la Argentina, no podía ser de otra manera– también del fútbol y sus ganadores en serie. Enciendan los motores, que allá vamos.

Descarga gratuita y directa en http://editorial.unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2015/11/Máquina-UNIPE.pdf

Desde los inicios de la humanidad el hombre diseñó mecanismos que le facilitaran la vida (o, al menos, se la hicieran más productiva). Esos inventos casi siempre fueron liberadores del yugo pero, al mismo tiempo, se convirtieron en una nueva cárcel. Las máquinas, en definitiva, son como un oxímoron: rompen cadenas y esclavizan. Digamos que si hubiera que hacerles un eslogan de campaña podría ser: liberación y dependencia.

En esta ocasión, Tema (uno) recorre esta contradicción a través de la historia, de la ficción literaria, de las nuevas tecnologías que aceleran tiempos y extinguen espacios, de los cuerpos cada vez más mecanizados, de la escuela que conecta para igualar y –tratándose de la Argentina, no podía ser de otra manera– también del fútbol y sus ganadores en serie. Enciendan los motores, que allá vamos.